Faraón. Rey de Egipto


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El año 2020, sin lugar a dudas, ha sido un año marcado por la Covid19. Desde marzo hasta casi entrado el mes de junio vivimos en un stand by obligado. Parar, para meses después volver a arrancar. Y con este parón, el mundo de la cultura fue uno de los más perjudicados. Casi la mayoría de exposiciones programadas por museos, galerías de arte, centros culturales, etc., tuvieron que cerrar sin una fecha de reapertura concreta. Esto es lo que ocurrió con la exposición que os traemos hoy: Faraón. Rey de Egipto, que podréis encontrar en el Caixa Fórum de Tarragona. Con la pandemia por medio se ha alargado su estancia hasta el día 21 de febrero de 2021, por lo tanto aún estáis a tiempo de verla. Eso sí, siguiendo las medidas de seguridad y de aforo del espacio, se debe reservar previamente. Servidora tuvo la suerte de poder ir a ver la exposición, el 9 de marzo de 2020 justo antes de que cerrara y recientemente ha vuelto. Hemos creído conveniente ahora que queda un mes de vigencia de la exposición, hacer un recorrido por las maravillas que en ella podréis ver.

La totalidad de las piezas expuestas son provenientes de la colección de Arte Egipcio del British Museum. Una de las cuestiones que más llama la atención son todos los elementos para la preservación y seguridad de estas, que desde el mismo British Museum han dictaminado para poder ceder este conjunto. La sala está iluminada con una luz de carácter cálido, más intensa únicamente en las explicaciones de las piezas o en los apartados donde hay textos. Uno de los hechos más curiosos es que cada vitrina en su interior está dotada de tres aparatos, el primero es un medidor del nivel de humedad y de temperatura para poder hacer a lo largo del día una estadística de las variaciones que pueda haber . El segundo es un aparato circular que mide la humedad de la vitrina, y está conectado en tiempo real con el British Museum, por tanto si hubiera alguna variación térmica muy grande que pudiera dañar la pieza, enseguida sería detectada. Y el tercero es una pieza rectangular pegada a la vitrina que también está conectada en tiempo real con el British Museum y en este caso detecta el movimiento, por lo tanto un movimiento de la vitrina o el intento de levantar esta, enseguida sería detectado por los equipos de seguridad.

Medidor de temperatura y humedad (foto propia)
Medidor de humedad (foto propia)
Medidor de movimiento (foto propia)

La exposición está dividida en varios apartados todos ellos relacionados con la figura del Faraón, Rey de Egipto. Dentro de cada apartado hay aproximadamente un conjunto de entre 5 y 8 piezas, con sus explicaciones pertinentes. Uno de los hechos más didácticos que hemos encontrado es que todas las piezas tienen un número de referencia en la explicación, por ej: EA 55511 https://www.britishmuseum.org/collection/object/Y_EA55511 número de inventario que tiene esta pieza en el British Museum. El visitante tiene la posibilidad de entrar en la web del museo y con este número buscar en el inventario y descargar todas las imágenes de la pieza, así como la ficha técnica y más información al respecto. Una herramienta muy útil para indagar más sobre todas las piezas de la exposición, así que quien tenga ganas, no tiene ninguna excusa!

Hablemos ahora ya sí, de los apartados de la exposición así como de las piezas que nos han llamado más la atención y nos han parecido más significativas. Los faraones eran la representación de los Dioses en la tierra, y los intermediarios entre lo humano y divino, sus funciones, eran entre otros, preservar la maat (la armonía universal), así como proteger Egipto de sus enemigos. Según la mitología, antes de la llegada de los faraones, Egipto estuvo gobernada por los dioses, siendo Horus el último en sentarse en el trono. Por eso los faraones siempre se identificaban con los dioses considerándose sus descendientes. Como podemos ver en esta figurita de hierro, donde un faraón es amamantado por Hathor, diosa de la fertilidad que tenía una asociación especial con los nacimientos reales y era vista simbólicamente como la madre de cada faraón.

Figura de la diosa Hathor amamantando la figura del faraón (foto propia)

Símbolos de poder es uno de los otros apartados de la exposición. Desde la vestimenta hasta las joyas eran símbolos del poder faraónico. Muchos de los objetos que utilizaban los faraones como símbolos de poder eran objetos que estaban relacionados con algún dios, como por ejemplo el Cetro y el Azote, característicos de los Dios Osiris. Las coronas también eran un distintivo de poder, como por ejemplo la corona khepereix únicamente utilizada para la representación de victorias militares.

Cetro y Azote (foto propia)
Museum Busto del faraón Amenhotep III luciendo la corona Khepereix. Fuente: British Museum

Los Templos: los reyes, los dioses y la memoria es uno de los otros apartados de la exposición. Como la mayoría de civilizaciones antiguas, los templos estaban dedicados a las deidades. Estos estaban custodiados por los sacerdotes que se encargaban de su mantenimiento y del culto. Pero era función del Faraón como sumo sacerdote, realizar los ritos y ceremonias más importantes para honrar los dioses. Sabemos sin embargo, que muchas veces derivaba estas tareas en sus sacerdotes de confianza. Honrar y hacer ofrendas debidamente a los dioses era esencial para una buena recompensa hacia el pueblo egipcio, con buenas cosechas y un reinado estable y duradero. Los templos tenían el acceso muy restringido a la gente de la nobleza y la familia real, pero a veces se podían celebrar fiestas donde la población asistía y tenía un trato “más” directo con los dioses. Podemos ver en la exposición un fragmento del relieve del Templo del faraón Ptolomeo I, donde aparece el propio faraón haciendo una ofrenda de plantas representativas del Alto y el Bajo Egipto a la diosa Hathor.

Relieve del Templo del Faraón Ptolomeo I. Fuente: Bristish Museum

La importancia de la familia como centro neurálgico en muchos casos de poder, es un hecho muy reconocido históricamente. La vida de la realeza, que es otro de los otros apartados de la exposición, se desarrollaba en los palacios. Estos estaban construidos de adobes, material mucho menos resistente al paso del tiempo que la piedra por eso nos han llegado muy pocos ejemplares de palacios reales egipcios nuestros días. No obstante, se han conservado fragmentos como los que podemos ver en la exposición, donde podemos observar la riqueza de los pigmentos así como los motivos decorativos que siempre estaban relacionados con la vegetación y con las proezas del faraón.

La administración pública del Egipto faraónico, es una de los aspectos mejor representados en el arte debido a la importancia que tenía como uno de los pilares para el buen funcionamiento económico y político del país. Los visires eran los encargados de gestionar este aspecto de la sociedad egipcia, con la ayuda de los escribas. En la exposición podemos encontrar varias figuras de terracota, representativas de escribas llevando a cabo la función de leer, copiar y redactar documentos oficiales. A diferencia de la connotación popular que se tiene de ellos, los escribas eran gente vinculada a la nobleza; las clases acomodadas de la sociedad egipcia. Habitualmente eran representados sentados en el suelo, con las piernas cruzadas y con un papiro abierto apoyado en su regazo a punto para ser escrito. Los visires, tenían una posición social más alta que los escribas y eran personas de confianza de los faraones. El título de visir, muchas veces se heredaba, como es el caso de Nespakashuti, visir del reinado del faraón Psammetic I, y que heredó de su padre esta posición tan elevada dentro de la administración pública egipcia, y que podemos ver en una representación de él mismo, esculpida en piedra a la exposición.

Fragmentos de adobes procedentes de un palacio faraónico (foto propia)
Representación en terracota de un escriba (foto propia)
Representación de Nespakashuti, visir del reinado del Faraón Psammètic I. Fuente: British Museum

Como no podía ser de otro modo, uno de los otros ámbitos de la vida de los faraones más reconocidos es el arte de la guerra y la diplomacia. A estos dos aspectos fundamentales dentro de la sociedad egipcia, la exposición dedica una apartado muy interesante. La representación del faraón como guerrero, estaba extendida por todo Egipto. Casi siempre se representaba su figura victoriosa en las paredes de los templos y en los documentos oficiales. Es cierto sin embargo, que los egipcios fueron invadidos varias veces por pueblos extranjeros y tuvieron notables derrotas. La guerra y diplomacia, como muy bien nos cuenta la exposición, eran las dos maneras que tenían los egipcios para relacionarse con los pueblos extranjeros. Una estatua que representa un prisionero nubio y la de un comandante egipcio, Inebni son dos de los exponentes del mundo de la guerra egipcio que encontrará en la exposición.

Representación de un prisionero nubio (foto propia)
Inebni, comandante egipcio de las tropas reales durante los reinados de Hatshpsut y de Tutmosis III (foto propia).

El penúltimo apartado de la exposición, es el más breve de todos pero nos cuenta un hecho seguramente poco conocido. El reinado de Egipto a manos de extranjeros. Extranjeros en el trono, así se titula. Sabemos que hubo épocas en las que los egipcios fueron invadidos y gobernados por potencias extranjeras. Una de las cuestiones que mejor recoge la exposición, es el hecho de que a pesar de que fueron gobernantes extranjeros, durante su reinado adoptaron la iconografía y las tradiciones del Antiguo Egipto, representándose como faraones. De hecho durante el periodo Ptolemaico, los egipcios fueron gobernados por reyes de origen greco macedonio. Una de las piezas más significativas de este apartado es un anillo real del periodo ptolemaico, donde encontramos la siguiente inscripción: “Hijo de Re, Ptolomeo, que viva para siempre, amado de Ptah” , seguramente haciendo referencia al faraón Ptolomeo III.

Anillo real del periodo Ptolemaico, seguramente perteneciente al Faraón Ptolomeo III (foto propia)

Y por último como no podía ser de otro modo, nos encontramos el tema por excelencia, la Muerte. En este caso, el título es La muerte del faraón. La fe en la supervivencia después de la muerte y la continuidad de la vida en la otra orilla del río, condicionó toda la ritualidad egipcia. Para los egipcios, el ser humano estaba constituido no únicamente por el cuerpo, sino por varias “manifestaciones” kheperu o rasgos de la personalidad como el akh, el ba, el ka, el nombre el ren y la sombra shut. En el momento de la muerte, estas manifestaciones se separaban del cuerpo, y se dispersaban por el cosmos “vivas”. Estas se mantenían “vivas”, con la condición de que la parte corruptible de la persona, es decir el cuerpo se preservas intacta. Es por eso que el mundo de la muerte, y la preservación del cuerpo adquieren una importancia tan significativa dentro de la sociedad egipcia. Para el viaje apacible y tranquilo hacia el más allá a los faraones se les construía un tumba para acoger su cuerpo, un espacio compartimentado donde iría no únicamente el cuerpo del difunto, sino todo el ajuar funerario necesario para el más allá. En la exposición podemos ver un fragmento de un relieve de la tumba del faraón Seti I. Dentro de estos ajuares funerarios podemos encontrar los shabti, que en egipcio significa “los que responden”. Eran pequeñas estatuillas de diferentes materiales como la cerámica fayenza, la madera o las piedras preciosas como el lapislázuli dependiendo del estatus social del difunto. Su objetivo según la mitología egipcia, era servir al difunto en el Aaru (su paraíso). Según la religión egipcia, los espíritus de estas estatuillas les servirían y trabajarían por y para ellos en la otra vida.

Fragmento de la tumba del Faraón Seti I (foto propia)
Representación en piedra calcárea de un shabti (foto propia)
Representación de un shabti (foto propia)

En definitiva, una exposición que vale mucho la pena visitar. No es un hecho habitual poder disfrutar de exposiciones de arte egipcio de tan alto nivel en nuestro país. Esperamos que con el artículo os hayamos despertado el gusanillo, y os animéis a visitarla. Recordad que estará el Caixa Fórum de Tarragona hasta el día 21 de febrero y que como ya hemos mencionado por temas de aforo y seguridad, se debe reservar previamente la visita. Sigamos demostrando que la cultura es segura #culturasegura y sigamos enriqueciéndonos a través del patrimonio, en cualquiera de sus manifestaciones.

Maria Pérez Santafosta

Fotografías

© Cultius Culturals

The British Museum

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Bibliografía Webgrafía

Guidotti, M.C & Cortese, V. (2002). Antiguo Egipto: Arte, historia y civilización.

https://www.britishmuseum.org/

https://caixaforum.es/ca/tarragona

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