Sentarse en el salón y encender la televisión para desconectar es una acción bastante habitual de nuestro día a día. Sin embargo, la cosa puede cambiar cuando las imágenes que aparecen rompen con lo que entendemos por entretenimiento. Imágenes que, cargadas de sentimiento crítico, nos incitan a participar y reflexionar sobre nuestro tiempo. Contenidos que hacen que esa noche pensemos en lo que sucede más allá de nuestras fronteras, o no. Esta exposición reflexiona en torno a la persepción que tenemos del resto del mundo, y en especial de cómo nos llegan las noticias y acciones que se desarrollan más allá de nuestro confort.
El dolor de los otros
