Había ganas, y muchas, no sólo por la ausencia, incomprensible, de la Fira estos últimos años, sino que la Pandemia hizo más necesaria en nuestras vidas, la música, el contacto, pasear por la calles de esta bella ciudad, Vila-Seca, volver a ser los de antes.
Bien, este año, sin llegar aun a la vieja normalidad, hemos tenido conciertos, y de muy buena calidad, aunque sentados, sin poder ni comer, fumar o beber en todo el concierto, se echaba de menos un ambiente más cálido, pero la #culturasegura nos obligaba a ello.
Excelente la organización, en el esfuerzo de poner controles de temperaturas, geles hidoralcohólicos, la limpieza tanto de las sillas como de los baños. Gracias enormes a los voluntarios que trabajaron como campeones para que todo funcionara como un reloj. Y buen trabajo del Ayuntamiento volviendo a apostar por eventos así, que no solo traen cultura a la ciudad, sino que le dan músculo, y a su hostelería y comercio.
El cartel de este año lo hemos disfrutado 5.000 personas, 370 de ellos profesionales venidos de toda Cataluña y de Valencia, que nos consta han venido con ganas de oír cosas nuevas y hablar entre ellos, siendo la zona PRO en el marco incomparable del Castell de Vila-Seca , un punto de encuentro, descanso y quien sabe si de futuros trabajos.
Entre las propuestas, había una amplia variedad de estilos, muchos de ellos dedicados específicamente a un público infantil y familiar, gran acierto aunque de entre todos ellos, hubo que destacar el viernes por la noche a Porto Bello, seis jóvenes de Altafulla, llenos de frescura, buen rollo que nos hicieron volver a casa pronto, dado que había aún toque de queda, pero con una sonrisa en la boca enorme.

El sábado, y antes del vermú se pudo disfrutar de Les Anxovetes y la propuesta de Caramelo a Kilo, como aperitivo de los platos fuertes de la tarde. Imposible pensar en la siesta con la propuesta de Anabel Lee, pop punk que disfrutamos muchísimo en el parc de la Formiga, y acabar en el Castell viendo caer el sol mientras nos envolvía la voz de Ariana Abecasis y sus melodías, urbanas y latinas, y acabar a lo grande con Marcel y Julia, sin duda la propuesta con más expectativa, dada la afluencia, con un discurso claramente ecologista que sin duda, nos ha encantado, y con un primer disco bajo el brazo, Órbita, que dará que hablar, y que ha dejado por el castillo ritmo, alegría y ganas de volver a verlos.
Volver, porque volveremos a ver no solo a los grupos que han estado por aquí, sino a volver a saltar, abrazar, bailar, cantar y pasear por las callejuelas de Vila-Seca, tropezar con las charangas, pararte a bailar con los amigos, descubrir en una esquina un espectáculo familiar lleno de niños, o a un joven tímido con una guitarra enchufada a un bafle, soñando con ser portada pronto de Enderrok, que era el espíritu de esta Fira, que fue referencia en el circuito catalán de la música y entre sus profesionales, y que tiene que haber vuelto para quedarse.
Mil gracias a todo , enhorabuena, y descontando ya los días para la FIRA 2022.
Imágenes cedidas por el FiM, 2021.
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