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Toda exposición nace de un proyecto, un pensamiento, una tesis, una idea. Para Marina Enrich, autora de Transformacions; paper i llum nacía de sus propias entrañas.
Un día, Orfeo conoció Eurídice y los dos se enamoraron, pero el día de su boda, un escorpión picó a Eurídice y ésta murió a causa de su veneno. Desde aquel día, Orfeo no volvió a ser el mismo. Estaba dispuesto a todo para recuperarla y gracias a la música de su lira consiguió pasar todos los obstáculos para llegar a los infiernos y recuperar su enamorada. Una vez allí, Plutón le dijo a Orfeo que no podía mirar Eurídice hasta que llegaran al mundo de los vivos, pero él no se pudo resistir y la miró, perdiéndola así para siempre. Desde entonces, Orfeo se pasó los días intentando aliviar su dolor tocando la lira. Utilizó la música para afrontar las dificultades, su malestar, de la misma manera que Transformacions; paper i llum, recorre a las artes para narrar y transformar el dolor, promoviendo la catarsis. (Texto de Marina Enrich)
Recorrer a las artes para narrar y transformar el dolor. De aquí parte Marina Enrich cuando se pone a crear, cuando recrea todo aquello que nos recorre la mente. Y lo hace a partir del mito de Orfeo, pero también de la poesía de Salvador Espriu: un alçament de llum en la tenebra! (Les cançons d’Ariadna, 1949).
De hecho, todo nace a raíz de un trabajo de la universidad, en el que tenía que hacer un álbum ilustrado. Ella decidió adentrarse en el dolor para luego liberarse, liberarse en él. Hay momentos oscuros en la vida de cualquiera, y el arte a menudo funciona como terapia, “Mientras produces te olvidas de tus propios problemas” nos comenta Marina; dentro del mismo proyecto de creación se disolvía la angustia. Iba creando así un diálogo entre el dolor y la persona que sufre.
La exposición, sobre todo, traza un diálogo entre la entrada y salida del dolor. La pena, la depresión o la tristeza son elementos que nos acompañan en nuestro camino, y es una tarea pesada el hecho de poder salir.
De la misma manera que la liberación de este dolor es un camino que nos transporta, así está dispuesta la exposición en el Espai Mallorca; en un pequeño circuito que se inicia con el dolor, la pena, cada vez mayor, hasta enturbiar de negro completamente nuestro interior, hasta que llegamos al fondo de todo, y estallamos. Y a partir de allí sólo podemos hacer una única cosa, despegar de nuevo, y transformar el dolor. Poco a poco, emblanqueciendo de nuevo. Así lo relata la Marina Enrich, en una transición hacia el fondo del dolor y de nuevo hacia fuera, con cuadros negros primero, y collage de diferentes tonos de blanco, después, para salirse de él completamente. Pero siempre con pequeños espacios de negro, pues aunque superemos ese dolor siempre quedará el recuerdo, siempre habrá un pequeño hueco negro que de vez en cuando nos lo recuerda. El dolor se desvanece pero nunca termina de desaparecer.
Acompañando, además, encontramos dos poesías que representan esta bajada a los infiernos y esta salida, dos caras superpuestas que se enroscan entre sí. «Soy el dolor./ Crezco porque sufres./ Hurgo en tu herida / y sangras de tristeza.” “Poco a poco / aprendo a convivir contigo.» Fragmentos de los poemas de la exposición, autoría de Marina Enrich.
En Transformacions; paper i llum el dolor se amaina a medida que la persona aprende a nombrarlo, aceptarlo y convivir con él, transfromándolo en expresión artística. Marina Enrich.
Se inauguró el pasado 8 de septiembre, con una performance en la que Núria Banal leyó las poesías que son parte esencial para comprender la transformación del dolor, y en la que Marina expresó este proceso a través de su propio cuerpo. Cuerpo -pero sobre todo la mente- se convierten en la clave fundamental para esta tarea.
Se expone hasta el 19 de octubre en el Espai Mallorca de Barcelona.