Pocas personas han descrito de una forma tan personal, pero al mismo tiempo tan universal, El Cairo del siglo XX. Hablamos del escritor cairota que nació en el Egipto de 1911 y que murió en la misma ciudad, en 2006. Y que, seguramente, es uno de los máximos exponentes de la prosa contemporánea escrita en lengua árabe.

En sus novelas se pueden encontrar temas comunes en todas las sociedades humanas, amor, política, traición, amistad… La naturaleza con la que contaba las cosas, pero al mismo tiempo, la cantidad de aspectos que trataba no le dieron pocos problemas. Sin ir más lejos, en 1994 fue víctima de un ataque terrorista que aunque lo dejó gravemente herido, no lo mató. Y es que describía la universalidad del amor hasta límites que el mismo protagonista de alguna de sus obras se llegaba a quedar perplejo, un hombre que veía a otro hombre como atractivo, “por suerte”, luego podía descubrir que era porque tenía una hermana igual; o como en las familias más tradicionales y acomodadas la mujer quedaba recluida entre las celosías de su hogar, mientras el marido vivía el libertinaje, la hipocresía, pues, de las clases acomodadas. Al mismo tiempo, sin embargo, palabra tras palabra, no dejaba de transmitir más que la pasión que sentía por su ciudad, y es que, a pesar de los miles de defectos que le podía encontrar (¿qué sociedad no los tiene?) la esencia eran unos valores que de alcanzarlos, sería un ideal que no permitiría obras literarias de tanta calidad.

Su obra más conocida es una trilogía en la que cuenta la vida de una familia burguesa cairota en el periodo de entre guerras. Entre dos palacios, El palacio del deseo y La azucarera, son los títulos de esta triple novela que le dio fama internacional y que justificó la consecución del Premio Nobel de Literatura en 1988, de tal modo que la literatura escrita en árabe, adquiría un excelente embajador, demostrando que la realidad de los países de mayoría musulmana puede ser tan universal como la de los países de mayoría cristiana.
Le llamó la atención la presencia de algunos grupos de jóvenes sheijs, estudiantes del instituto religioso, que se dirigían a sus centros vestidos con sus túnicas negras y los turbantes blancos. Esta imagen le recordó “las palomitas de maíz” friéndose en una sartén. Naguib Mahfuz. Jan Aljalili. 1946.

Pero me quiero detener en su libro Jan Al Jalili. El popular barrio de El Cairo islámico más histórico, da nombre a una novela en la que describe la realidad popular y burguesa de El Cairo durante la Segunda Guerra Mundial. La realidad intensa que se vivía durante aquellos años, son el marco y el telón de fondo de esta obra. Pero este macro aspecto, irá perdiendo peso durante la misma, ya que los dramas personales, al final, terminaran eclipsando el contexto. La guerra marca las vidas de cada uno de los personajes, pero, muchas veces, sin que éstos sean conscientes de que forman parte de unas estrategias geopolíticas y militares. Los capítulos dialogan entre ellos, de la realidad más familiar, a la realidad más mundial, pasando por la misma vecindad y los temas nacionales. Naghib Magfuz tiene tiempo, en sus páginas, para describir el barrio y su gente, sus costumbres y sus desgracias, y si han visitado El Cairo actual (o han vivido en ciudades grandes como Nápoles o Barcelona), seguro, que encontrará elementos muy familiares. Pero el autor no se queda ahí, ya que también caricaturiza los ambientes intelectuales mediante la descripción de las largas conversaciones de café, en la que se deja entrever, o no, su opinión política a través de varios personajes, que dialécticamente, unos superan a otros.
¿No se les ha ocurrido, por ejemplo, proclamar el principio de igualdad entre los campesinos y los animales? Según los dueños de los campos, es algo indiscutible que los animales tienen derecho a alimentarse, a tener abrigo y tener salud. Los campesinos ni siquiera tienen ese derecho. Naguib Mahfuz. Jan Aljalili. 1946.

Una de las posibles medicinas al desconocimiento que tenemos la orilla norte de la orilla sur, en la que tantas personas se definen como antiislámicas, sin saber qué quiere decir esto, es, sin lugar a dudas, leer a Naghib Magfuz. Y es que el siglo XX de Egipto y el nuestro, no son nada dispares. En los últimos años, pero, desgraciadamente, estamos sufriendo una carrera basada en el antagonismo de los unos contra los otros. Quizás cuando nos demos cuenta de esta barbaridad, ya será demasiado tarde.
Últimos artículos de Gabino Martinez Muñoz
Un pensament sobre “Naghib Magfuz, literatura mediterránea”